Portamos en nuestras espaldas unas creencias y arquetipos en la sexualidad muy opresoras, exigentes y limitantes: lo que está bien y lo que no ahogan la espontaneidad.
La impulsividad vence al deseo consciente y de ahí al abuso hay un paso.
Revisar el concepto de sexualidad, e ir más allá de la genitalidad y el coito abre la puerta a muchísimas expresiones de esta energía tan vital y deliciosa.
Revisar conceptos de género (no puedo tocar a nadie de mi género, sólo puedo tocar a personas de mi género…); de posesión (sólo con mi pareja, sólo lo siento con otras personas…) y cuestiones morales (está feo, es sucio, vale todo, has de hacerlo de determinadas formas…) ayuda, siempre a poder elegir el tipo de sexualidad, gracias a ampliar la mirada hacia otras posibilidades.
Ahora bien, hacer sólo una revisión teórica sin la experiencia de movilizar la energía sexual (en mi caso, a través del movimiento y la respiración) puede generar más frustración, en forma de: a mi no me pasa, no lo disfruto, no siento nada…
Y es ahí donde se activan las creencias limitantes, heridas, abusos y traumas que hayas podido vivir.
Es por ello por lo que en el taller La Curva de la Sexualidad. Vitalidad y Placer, empiezo el recorrido por la experiencia, sencilla, de movilizar la cadera y sumarle la respiración y a partir de ahí vamos deshaciendo dificultades.
La suavidad, el respeto y el apoyo son los ingredientes que vamos añadiendo para poder deshacer, o por lo menos reblandecer las heridas.
Sé que es un camino de vida, pero también sé, que la semilla que plantamos en el taller germina y te da poder sobre tu energía sexual.
Consúltame o inscríbete aquí para la siguiente edición del taller.
También puedes seguir todo mi contenido actualizado en instagram
0 comentarios